Josep Maria Subirachs reencarna a Gaudí en la iglesia de la Sagrada Familia


31/05/2015 Facebook Twitter LinkedIn Google+ Novartia Subastas


Escultor español contemporáneo, independiente y con una arraigada personalidad, es Josep Maria Subirachs, el artista encargado de culminar la grandiosa fachada de la Pasión del templo de la Sagrada Familia de Barcelona, en el año de 1986, obra emblemática del destacado arquitecto Antoni Gaudí.

Al recibir el encargo de gigantescas proporciones y gran responsabilidad, viniendo de un grande y exitoso artista como Gaudí, Subirach decide vivir en el templo, por considerar que su propia vida era su trabajo y estando dentro de la obra, respondería a la misma con mayor dedicación.

Con lo que se consideraría el final de su carrera, Josep Maria Subirachs dedicó casi veinte años (1987-2005) a la producción de la fachada que le fuera asignada, donde representaría los dos últimos días de la vida de Jesús, en más de un centenar de figuras esculpidas en piedra y cuatro puertas de bronce.

El artista, introduce los mejores conocimientos que posee sobre el expresionismo figurativo y consigue plasmar el alto dominio de la técnica, su gran esmero y su bagaje cultural en cuanto a creaciones poseedoras de un concepto profundamente religioso, obteniendo finalmente el efecto dramático, característico del momento que representan sus esculturas en la fachada.

Las creaciones del artista, definían su marcado estilo, con ángulos, líneas y perfiles muy perceptibles, apreciando los volúmenes de las ropas y la estructura de los cuerpos, desarrollando un lenguaje neofigurativo en el que el límite entre la forma y la abstracción se desvanecen.

Desprendiendo un carácter dramático, de expresividad trágica acorde con la temática a la que se refiere, la muerte de Cristo, Josep Subirach dio vida a la fachada de la creación arquitectónica de Gaudí, pues el genio sucumbió ante un ferrocarril en movimiento.

En una de las piezas escultóricas, presenta el instante en que Pedro sentado en un patio negó haber visto a Jesús delante de todos, incluyendo como elemento determinante de la profecía, un gallo a la izquierda, que refiere a las palabras que dijo el mártir “Yo te aseguro: esta misma noche, antes de que el gallo cante, me habrás negado tres veces”. De igual manera simbolizó el camino que recorrió Jesús hasta la cruz, con un laberinto.

En otra escena, representa el falso beso que recibió Jesús por judas, con una escultura de Jesús, rígida y distante. En ella, Subirachs introduce un criptograma en la parte izquierda, como el mismo Gaudí quien solía utilizar acertijos. En este caso, el cuadrado mágico tiene dieciséis cifras, donde si sumas cada número de forma horizontal, vertical o diagonal, da como resulta el número 33, la edad de Cristo al morir.

Mostrando la afinidad y el similar pensamiento, Subirachs creó una escultura singular que nos hacía pensar en el legado de Gaudí. Los soldados romanos en el grupo escultórico de la escena en la que Poncio Pilato muestra a Jesús ante la muchedumbre, son tallados con mucha similitud a los guerreros de la cubierta de la Pedrera, que son de Gaudí.