Jaume Plensa y The Crown Fountain


31/05/2015 Facebook Twitter LinkedIn Google+ Novartia Subastas


Jaume Plensa es un polifacético artista y renovador empedernido, que nació en España y ha incursionado en el arte plástico, la escultura y los grabados, presentando sus trabajos con calidad y vigor estético.

Al principio de su carrera, se interesa por el espacio, el volumen y la tensión, que va dando forma con hierro fundido. Posteriormente, comienza a trabajar con el cristal, la resina, luces y sonidos.

Los espacios públicos son sus elecciones predilectas, pues busca la interacción de las personas con sus obras. Por lo tanto, en 2004 el arte digital le abrió las puertas a lo que fuera una de sus más grandes obras, una videoescultura llamada: “The Crown Fountain”.

El diseño del artista catalán, fue creado en conjunto con Krueck and Sexton Architects, en el Millennium Park de Chicago. “The Crown Fountain es una obra interactiva de arte público, que presenta la existencia de dos principios supremos manifestados en la luz y el agua e inmiscuye la tecnología.

Plensa se inspiró en la filosofía desprendida de un recorrido visual que realizó tanto a fuentes de la edad media, con historia y arte, como en ejemplares del siglo XX, que dieron paso a una grandiosa obra formada por una piscina de granito negro que engalana el parque con par de torres de ladrillo de vidrio, que proyectan caras con tecnología led.

Con 15 metros de altura, las torres disponen de diodos luminosos (leds) para revelar vídeos digitales con caras de personas, que dan a la piscina de granito. Para su funcionamiento, la fuente dispone de una caída de agua en forma de cascada, que expulsa agua a través de un orificio en la parte frontal de cada torre.

Esto, permite que los usuarios del parque utilicen las instalaciones como espacio para los juegos y durante el verano, ofrece la posibilidad de refrescarse bajo el agua que cae, para escapar de las altas temperaturas.

El artista pensó en el disfrute de su creación todo el año, pues tenía conocimiento sobre los duros inviernos en la ciudad, por lo que su fuente permanecería siendo atractiva, en tanto las torres desprendieran videoproyecciones que también incluyen paisajes, una experiencia luminosa.

Los rostros publicados en las inmensas torres, representan para Plensa la diversidad y evolución sociocultural de Chicago, decidiendo incorporarlos como tema principal para generar empatía con los ciudadanos, por medio de la exhibición de sus caras en apenas pocos segundos. Convirtiendo la fuente en parte de la cultura de la ciudad.

Convertido inesperadamente en un parque acuático para los visitantes, el artista cumple con su principio de “integrar al espectador en una relación interactiva con el elemento artístico”, para garantizar su éxito. La culminación de la fuente, tuvo un costo total de 17 millones de dólares y su creador supone una permanencia de treinta años activa desde su instalación.